sábado, 15 de octubre de 2011

¿Es Seguro el Sildenafil?

El sildenafil es popularmente conocido por su primer nombre registrado (Viagra), si bien en muchos países se encuentra disponible con otros nombres comerciales.


Este producto se utiliza en dosis de 25, 50 ó 100 mg para el tratamiento de la disfunción eréctil, esto es, de los trastornos de la erección en los varones. Se trata de un fármaco en general seguro y efectivo, que comienza a actuar unos 30 a 45 minutos después de ingerido, con un efecto que se prolonga por unas 12 horas.

Como ocurre con muchos otros medicamentos, el sildenafil puede presentar efectos adversos. Los más comunes son el dolor de cabeza (cefalea), el enrojecimiento de la piel (rubicundez) y los mareos. Algunas pocas personas pueden tener alteraciones transitorias de la visión de los colores.

Debes saber que si utilizas nitritos por cualquier vía (comprimidos, tabletas, parches, pomadas) no debes usar sildenafil, por el alto riesgo de complicaciones cardíacas. Ante la menor inquietud, tu médico de confianza podrá asesorarte para lograr el mejor resultado con la menor posibilidad de complicaciones.

sábado, 1 de octubre de 2011

¿Qué síntomas provoca el síndrome de intestino irritable?

El síndrome de intestino irritable (SII) es una enfermedad benigna y que no predispone a la aparición de cáncer. Sin embargo, suele perjudicar de manera acentuada la calidad de vida.

Si sospechas que padeces SII, debes saber que el síntoma más importante es el dolor o la molestia abdominal. El dolor es en general cólico y su localización puede variar en distintas zonas de tu abdomen. Otra característica del dolor en el SII es que la intensidad se modifica con la defecación, ya sea en aumento o en reducción.

En relación con el hábito evacuatorio, el SII puede asociarse con diarrea. Debes sospechar que padeces SII si tienes diarrea durante el día y generalmente después de las comidas, precedida de dolor. Muchas personas relatan también gran cantidad de flatulencia, antes o después de los episodios de diarrea.

Pero también puedes notar constipación, en forma de heces duras, acompañadas de esfuerzo para defecar y sensación de evacuación incompleta. Es muy raro que estos casos se asocien con pérdida de sangre, pero puedes percibir restos de mucus.

En todos los casos, te recomendamos la consulta con tu médico de confianza; si tu sospecha de SII se confirma, será la persona más indicada para orientarte para un mejor tratamiento.

¿Qué es el síndrome de intestino irritable?

El síndrome de intestino irritable (SII) es una enfermedad crónica, en la cual son características las molestias abdominales y los cambios en la manera de evacuar.

Si bien el SII es un proceso completamente benigno, es cierto que genera gran incomodidad y muchas alteraciones en tu calidad de vida. Es muy importante remarcar que padecer SII no predispone a la aparición de cáncer.

Tu estado anímico y la presencia de ansiedad son los factores que influyen de mayor forma en el SII. Para muchos científicos, existen ciertas enfermedades que comparten estas propiedades, como ocurre con la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica y los trastornos de la alimentación. Esto se debe a que el problema no es exclusivamente físico y tampoco es sólo mental. Se cree entonces que el SII es una suerte de reacción del organismo a las situaciones de la vida.

Por lo tanto, el enfoque del tratamiento debe ser integral para asegurar el mejor resultado.

¿Cuáles son los Efectos Adversos de las Vacunas?

Como todo lo que se incorpora desde afuera de nuestro organismo, las vacunas pueden producir reacciones adversas. Sin embargo, debes saber que, en la mayoria de los casos, se trata de molestias locales leves por la aplicación y quizás algo de fiebre. Esta elevación de la temperatura se debe a la estimulación del sistema inmunológico con los componentes de las vacunas, por lo que con un baño o un antitérmico puedes librarte a tí o tus niños de esta molestia.
 
Es importante saber como se encuentra el sistema inmune, ya que si las defensas están bajas por algún motivo (enfermedades malignas, estrés, trasplantes, algunos tratamientos), ciertas vacunas no se pueden aplicar. Esto se debe a que aquellas inmunizaciones incluyen agentes infecciosos vivos, por lo cual, ante la presencia de defensas bajas, el organismo no podría defenderse y se provocaría enfermedad.

A veces las vacunas pueden generar lo que los profesionales llaman enfermedad postvaccinal (o sea, posterior a la vacuna); esto no debe preocuparte, ya que si el sistema inmune está sano, se generarán  defensas adecuadas.

A pesar de estos efectos adversos, siempre es importante vacunar a tus niños y respetar el calendario de vacunación, ya que se trata de una estrategia muy segura y eficaz que evitará muchas complicaciones graves. Aún siendo adulto, es apropiado que controles tu propio esquema de vacunación, en especial para afecciones como la hepatitis B y el tétanos.

¿Por Qué Debo Vacunar a mis Hijos?

Las vacunas estimulan al sistema inmunológico para generar defensas que nos protegen de microorganismos que nos causan enfermedades infecciosas. Por lo general, en una persona sin vacunación, estas infecciones puede llegar a causar complicaciones potencialmente mortales o bien pueden provocar secuelas graves.

Al vacunar a tus niños, puedes prevenir la infección del germen específico que está cubierto por la vacuna, aunque también puede ocurrir que tus hijos adquieren de todos modos la enfermedad, pero la cursará de una manera atenuada y sin las complicaciones más graves.

También es apropiado que sepas que si tu niño es vacunado y adquiere una enfermedad infecciosa, eliminará una menor cantidad de gérmenes en la etapa aguda y, así, se reducirá la posibilidad de contagio a otros niños.

Recuerda que si tu pediatra te indica una dosis de refuerzo, lo hace porque las defensas que generan las vacunas son transitorias y pueden no dejar inmunidad permanente. Entonces, el refuerzo elevará el nivel de anticuerpos para garantizar la mejor protección.

¿Qué Síntomas Puede Darme la Alergia?

La alergia es una respuesta fisiológica a una alteración específica y reactiva de tu organismo, por un mecanismo relacionado con la inmunidad. Cuando una sustancia actúa como alergeno ("antígeno", en términos técnicos), el sistema inmune intenta defenderse con la acción de ciertas células que se llaman mastocitos.

Esas células liberan una sustancia que se conoce como histamina, que es la responsable de la mayor parte de los síntomas que caracterizan a la alergia:
  • congestión nasal (mucosidad abundante y transparente)
  • tos en general seca
  • prurito en la piel, muchas veces con la aparición de ronchas
  • hinchazón de algunos tejidos, en especial del rostro
  • lagrimeo en los ojos
  • estornudos repetidos y frecuentes

El edema de glotis es la complicación más importante en cuanto a la gravedad, pero afortunadamente es poco frecuente. Este es el síntoma que requiere ser atendido con rapidez por un profesional de la salud para evitar un desenlace crítico.

Si tienes con frecuencia alguna de estas manifestaciones, debes concurrir a tu médico de confianza, para establecer el diagnóstico adecuado e indicarte la terapia más apropiada.

¿Cuándo debo Evitar la Aspirina?

En la actualidad, aunque puedes usar la aspirina como analgésico, es recomendable que su aplicación se reserve para la prevención y el tratamiento de ciertos problemas circulatorios.

Sin embargo, debes estar atento ya que, en algunas circunstancias, no es prudente que utilices este fármaco o bien incluso puedes tenerlo contraindicado. Como ayuda, recuerda que la aspirina no es apropiada para tí en caso de:

  • antecedentes recientes de hemorragia digestiva
  • alergia a la aspirina o a otros antiinflamatorios
  • asma asociada con el uso de aspirina
  • rinitis alérgica
  • acidosis metabólica crónica grave (es una enfermedad poco común)

En estos casos, tu médico sabrá sustituir a la aspirina por un fármaco que pueda proteger tu circulación sin provocarte daño por toxicidad. Probablemente, optará por el clopidogrel u otros productos similares, para asegurar tu mayor beneficio.

¿Por qué Debo Tomar Aspirina?

La aspirina es un fármaco conocido desde hace décadas por sus efectos analgésicos. Sin embargo, su mayor utilidad actual se verifica en las personas con problemas cardíacos o cerebrovasculares. La aspirina puede impedir la acción de una enzima denominada ciclooxigenasa. Este proceso altera la capacidad de las plaquetas de la sangre para agregarse y, en consecuencia, reduce la probabilidad de trombosis.


Debes recibir una dosis diaria de aspirina si:


  • eres diabético y tienes más de 30 años
  • has padecido cualquier forma de enfermedad coronaria, incluidas la angina de pecho y el infarto
  • tienes antecedentes de un accidente cerebrovascular isquémico
  • presentas alteraciones graves en la circulación venosa o arterial de los miembros inferiores
  • te han diagnosticado ciertas arritmias, como la fibrilación auricular


En términos técnicos, la dosis recomendada en estos casos es de 1 mg por kg de peso. En forma simple, te es suficiente con recibir un comprimido de 100 mg todos los días, idealmente con el almuerzo. Ante cualquier duda, recuerda consultar a tu médico de confianza para dilucidar todas las inquietudes.

Tomo Diuréticos

Tu médico puede haberte recetado diuréticos para manejar tu presión arterial. Es importante que conozcas que en muchos estudios se ha demostrado que estos medicamentos son muy eficaces para controlar a la hipertensión, siempre y cuando se respeten también otras medidas, como cuidar el consumo de sal, realizar cierto grado de ejercicio físico y evitar factores como el cigarrillo.


Existen muchos diuréticos disponibles, todos ellos son útiles y tienen el beneficio adicional de ser fármacos de muy bajo costo. Además, puedes encontrar en el mercado combinaciones con dosis fijas que evitan la necesidad de consumir múltiples comprimidos durante el día.


Siempre que utilices diuréticos para controlar tu presión, debes recordar que se utilizan por la mañana, para evitar levantarte por las noches y perturbar así tu descanso.


Las principales precauciones consisten en una adecuada hidratación, especialmente durante el verano. Además, estos productos se caracterizan por aumentar la eliminación de sodio y potasio, por lo cual las dosis excesivas podrían originar síntomas asociados con esta deficiencia, como cansancio, confusión e inestabilidad (en el caso del sodio), o calambres, palpitaciones y debilidad muscular (para el potasio).


Recuerda no automedicarte en ningún caso y, ante cualquier duda, no olvides consultar a tu médico.




¿Cuál Debe Ser Mi Presión?

Si eres hipertenso y tu médico te ha indicado medicación para regular tu presión arterial, debes conocer que el tratamiento apropiado te permitirá reducir el riesgo para tu salud cardíaca, cerebral, ocular y renal.

Seguramente tú controlas tus propios niveles de presión con un tensiómetro tradicional o digital en tu hogar, o bien recurres a la ayuda de un enfermero. Debes saber que los valores óptimos a los cuales deben llegar tus niveles es por debajo de 140 mm de mercurio para la presión máxima o sistólica, y por debajo de 90 mm de mercurio para la presión mínima o diastólica. Si has pasado los 80 años, las cifras más apropiadas con de 150 y 80 milímetros para ambas presiones.

Como ocurre con muchas otras afecciones, los cambios bruscos no son apropiados, por lo cual es prudente que estos objetivos se logren dentro de los primeros 3 meses del inicio de tu terapia con antihipertensivos.

No olvides que ante cualquier duda o inquietud debes consultar a tu médico, que sabrá aconsejarte en todos los casos.

Soy Hipertenso; ¿Puedo Hacer Ejercicio?

Si tienes la presión alta, no sólo puedes sino que debes realizar actividad física. Como en muchas otras afecciones, además del tratamiento con medicamentos, el ejercicio constituye una forma más que te permite regular tu hipertensión e incluso es probable que necesites menos dosis de muchos fármacos.


Después de escuchar atentamente el consejo de tu médico, es recomendable que lleves a cabo ejercicios aeróbicos (caminatas, bicicleta fija o móvil, gimnasia liviana, footing, trote). Lo ideal consiste en llegar a completar 45 minutos por día, entre 3 y 4 veces a la semana. Una vez que has logrado ese nivel, puedes suplementar con algo de ejercicio isométrico, como un pequeño complemento de pesas o tareas de resistencia. La natación es otra posibilidad muy interesante, incluyendo al aquagym o gimnasia acuática.


En cambio, si aún no tienes un buen control de la presión, no es prudente que efectúes ejercicios intensos, por el riesgo cardiovascular asociado. Si has superado los 40 años, debes contar con un electrocardiograma o tal vez una prueba de esfuerzo graduado (ergometría), tras la cual tu médico te indicará que nivel de ejercicio es el más adecuado para tí.


No olvidés hidratarte de manera abundante, así como efectuar una pequeña rutina de calentamiento antes de ejercitar y algunas tareas de elongación al finalizar la gimnasia.

Antihipertensivos y Función Sexual

Algunos tratamientos para reducir la presión arterial pueden asociarse con disfunción sexual. En general, estos medicamentos no alteran la capacidad reproductiva, pero se ha demostrado que pueden alterar la potencia de la erección.

Entre los antihipertensivos que se caracterizan por este efecto adverso se destacan los beta bloqueantes (como el atenolol, el carvedilol o el bisoprolol) y los diferentes diuréticos. Por este motivo, en general se tiende a evitar la prescripción de estos productos en los varones con vida sexual activa.

Sin embargo, en algunas ocasiones estos productos no pueden ser sustituidos por otros fármacos. Si crees que tu tratamiento de la hipertensión está provocando dificultades en tu vida sexual, no interrumpas la terapia y consulta con tu médico de confianza. Será el profesional quien decida si puedes cambiar el antihipertensivo o si puede serte útil el uso de los tratamientos modernos para evitar la impotencia.

Debes recordar que, si estás utilizando antihipertensivos, no es apropiado que comiences por tu cuenta a utilizar sildenafil u otros fármacos para mejorar tu rendimiento sexual sin antes consultar con un profesional idóneo. En muchos casos ambas terapias pueden usarse en conjunto, pero ciertos medicamentos cardiológicos, como los nitritos, están contraindicados para su uso simultáneo con el sildenafil.